Mis prácticas son un cúmulo de pruebas y errores, un  constante aprendizaje...

 Lo interesante de esta incertidumbre es que me permite conservar una ávida curiosidad frente a todo lo que acaece en mi entorno, manteniéndome en constante ejercicio para mirarme en las múltiples expresiones de la naturaleza especulando con respecto a procesos fundamentales y perecederos. 

Me gusta plantear mi trabajo como un laboratorio de experimentos constantes, un complejo deambular por lo que ofrece la existencia.

Mi trabajo abarca un rango heterogéneo, de materiales

En mi proceso creativo más que al producto final, me centro en acciones que llevan implícitas un principio y un final. En este proceso, elementos que oscilan entre los campos de la figuración y la abstracción se relacionan con un vocabulario sensorial en el que intervienen metáforas y estructuras no literales con el fin de abrir los límites del sentimiento y la percepción, y ofrecer al espectador una experiencia guiada por el sentido. 

 

Humberto Ojeda y Cipriano Capusotto describen sus obras como:  ̈una activación de programas de acción arbitrarios en los que el azar y la fisicalidad de la materia dan paso a la génesis y a la solución de las formas. Dalgo Toledo explora medios tradicionales respecto al potencial de sus elementos, que llegan a desdoblarse en múltiples dinámicas de ejercicio y expansión a través de gestos mínimos en el espacio. Su obra resalta tanto el poder de los procesos de transformación como su capacidad de modulación, fenómenos que evidencian variaciones dentro de sistemas aparentemente fijos. ̈